Budismo General

1.    Hinayana

2.    Mahayana

3.    Vajrayana

4.    Theravada

El Hinayana o pequeño vehículo

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El Buda Temprano

El Hinayana o pequeño vehículo, (budismo primitivo) no favoreció la representación de Buda como ser humano; en su lugar, se utilizaban símbolos que aludían a su presencia: el árbol de la iluminación, la flor de loto, la rueda de la enseñanza, el trono vacío, las huellas de sus pies y la stupa. Hacia el año 150 d.C. se produjo en el arte indio un acontecimiento de vital importancia: por primera vez aparece Buda representado como un ser humano. Este fenómeno, opuesto a los principios establecidos por el budismo primitivo, debe relacionarse con tres acontecimientos decisivos:

1.    El cambio ideológico que supone la aparición de una nueva rama de la religión budista, el Mahayana, que, contrariamente a lo que propugnaba el budismo anterior, se proponía difundir la fe de Buda a los confines del mundo y ofrecer la posibilidad de salvación a todos los seres humanos;

2.   La Ruta de la Seda, que alcanza en este período su máximo auge y permite que la nueva fe, con su nueva carga iconográfica, pueda difundirse por toda Asia;

3.   La llegada al poder en la India de una nueva dinastía, la de los Kushana, capaz de llevar a cabo la empresa de configurar artísticamente la imagen del iluminado y de difundir su doctrina.

 

  Sobre el origen de la imagen de Buda se ha discutido mucho, sin que se haya llegado a formular ninguna tesis concluyente. En el siglo II d.C. aparece en tres escuelas distintas: la de Mathura, la de Amaravati y la de Gandhara; resulta muy difícil decir cuál de ellas fue la primera. Un importante sector de investigadores considera que la representación de Buda tiene su origen en los contactos con el mundo griego a través de la región de Gandhara, pero tal hipótesis ha sido cuestionada por otros historiadores, como Ananda K. Coomaraswamy.


El Mahayana

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El Mahayana

El Mahayana

Dar ofrendas a los recintos es una práctica importante dentro del Budismo tradicional: En estos artículos se exploraran el significado de las respectivas ofrendas y la forma en que las llevan a cabo dentro de las tres corrientes principales del budismo de Oriente.

En el Budismo Mahayana encontramos que las ofrendas se dividen en dos grupos: ofrendas interiores y ofrendas exteriores.

1.     Las ofrendas interiores se representan por medio de los cinco sentidos,

2.     Mientras que las exteriores se representan por medio de los siete (u ocho) regalos que se ofrecen al invitado de honor de acuerdo con la tradición india.

Ofrendas

1.   Ofrendas interiores

Los cinco sentido físicos son: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Cada sentido es representado por un objeto en particular que se coloca sobre el recinto:

·        la vista por medio de un espejo, generalmente redondo y hecho de metal

·        el oído con un pequeño par de platillos o con una campana

·        el olfato por medio de una varita de incienso

·        el gusto con un pastel de sacrificio hecho de masa

·        el tacto por medio de un rollo de seda.

 

En ocasiones se añade una sexta ofrenda, que es la página de un texto de las escrituras. Éste representa el sexto sentido de la mente. Es fácil apreciar el significado de estas ofrendas.

Significado de los seis sentidos siendo ofrendados

Cuando observamos los objetos en el recinto que representan los sentidos recordamos que los sentidos deben estar dedicados al logro de la Iluminación.Debemos dedicar nuestra persona en todos sus niveles al logro de la Iluminación; no sólo la mente.

2.     Ofrendas exteriores

Invitados de Honor en la India

Los siete regalos que se ofrecen a invitados de honor en India son:

·       agua para beber

·       agua para lavarse los pies

·       flores

·       incienso

·       lámparas

·       perfume

·       comida

ü  Algunas veces se añade música como un octavo regalo.

Significado de las ocho artículos ofrendados

Estas siete u ocho ofrendas exteriores del Mahayana se basan en una antigua costumbre India: supongamos que alguien viene a visitamos, ¿cómo le recibiríamos?

1.   ¡Agua…, mucho agua!

Cuando alguien llega, tras haber viajado quizás una gran distancia y a pie, bajo el pleno rayo del sol, el invitado se sentirá sediento; así lo primero que se le ofrece es agua para beber.

2.  Del mismo modo si la persona llegó a pie, quizás caminando descalza, sus pies estarán llenos de polvo; por tanto le ofrecemos agua para lavarse los pies. Esta costumbre aún perdura en India.

3.  Flores

Al invitado se le agrada con flores incluso guirnaldas.

4.   Incienso

Luego, tras unos minutos, encendemos una varita de incienso para crear una atmósfera agradable y para ahuyentar los mosquitos.

5.   Velas

Por lo general, en la India, los invitados se quedan un rato muy largo. No es concebible que tan sólo hayan venido por una o dos horas, es de esperar que se queden por lo menos un día entero, si no es que una semana o un mes. La gente allí es realmente hospitalaria. Así pues, el invitado pasará la noche allí; de modo que encendemos unas velas.

6.   Agua aromática

Tras esto rociamos a nuestro invitado con agua aromática -quizás agua de rosas-, pues al final del día en un clima caliente ello resulta muy confortante.

7.   Comida

Una vez que se encuentra relajado y que se ha recobrado del viaje, le servimos comida. En la India el invitado se sienta a solas; el anfitrión no come con él, como en Occidente, ya que está demasiado ocupado atendiéndole; incluso todos los miembros de la familia también se encuentran a su servicio. El invitado se sienta en medio y todos lo complacen con platillos y manjares. De esta forma se le atiborra de comida (no hay otra palabra para describirlo porque dan mucha comida)

8.   Música

Cuando ha terminado de comer, si el anfitrión tiene una hija, ella tocará la cítara. Ésta es la forma en que, aun en la actualidad, se recibe a un invitado en la India.

 

Equivalentes de estas ocho ofrendas en cada cultura

 

Todas estas ocho ofrendas pueden sonar un poco exóticas y orientales pero existen equivalentes y similitudes con nuestras costumbres contemporáneas en Occidente. De igual manera nosotros en nuestra cultura, si alguien viene a vemos, le recibimos amablemente (aunque lamentablemente no con tantas atenciones). Le ofrecemos un vaso de agua, una taza de té o un cigarro. Puede que no le ofrezcamos agua para lavarse los pies, pero quizás le ofreceremos la oportunidad de lavarse las manos. Puede que no prendamos una vela, pero encenderemos la luz; y después, obviamente, le ofreceremos algo de comida. Contamos con un estilo propio de recibir una visita.

El Buda Compasivo
El Buda Compasivo

Ofrendas en recintos Tibetanos
Por el otro lado en ocasiones normales tan sólo se ofrecen siete tazones llenos de agua enfrente a la imagen del Buda o tanka (pintura en canvas de alguna deidad).

El orden tradicional de las ocho ofrendas
En ocasiones especiales se presentan en el recinto las siete ofrendas tradicionales, colocándolas siguiendo este orden de izquierda a derecha: 

primero dos tazones de agua, una para beber y otra para lavarse los pies; después un tazón de arroz con una flor encima -en general no hay muchas flores en el Tíbet por lo que los tibetanos usan una especie de flor hecha de un material que se extrae de un árbol particular a la que llaman "flor blanca"- así un tazón de arroz con tres varitas de incienso; una vela de aceite de mantequilla; un tazón de agua aromática al final, un pastel de sacrificio sobre un plato o algunas veces, en su lugar, un tazón con arroz y un pedazo de fruta encima. 

Si se añade el octavo elemento, la música, entonces al final encontramos también sobre el recinto los platillos sonoros tradicionales.

Su significado: El Buda es el huésped de Honor
Por medio de poner simplemente tazones con agua o a través de las siete ofrendas exteriores tradicionales del Mahayana, el significado es el mismo: se agasaja al Buda como huésped de honor invitándole a nuestro hogar, de la misma manera que lo hubiéramos invitado hace dos mil quinientos años si lo hubiéramos conocido. 

Se evoca la presencia del buda
En Oriente, cuando la gente presenta las ofrendas -una velita, una flor o una varita de incienso, al estilo theravada o las siete ofrendas tradicionales del mahayana- evoca y siente la presencia del Buda, como si lo estuviera recibiendo.
 

Lo importante no son las ofrendas sino el principio: gratitud
Puede que no sea tan fácil para nosotros experimentar el ritual de este modo; si no podemos presentar las ofrendas al Buda en un ritual de modo natural no debemos forzamos. Lo importante es tratar de entender el principio implícito en ello: las ofrendas son expresiones de gratitud hacia el Buda por sus enseñanzas. Por lo tanto, debemos tratar de practicar a nuestro estilo, de acuerdo con nuestra propia personalidad y cultura particular. 

Un punto importante
Cuando presentamos las siete ofrendas tradicionales al Buda, estamos tratándole como el invitado de honor; sin embargo, esta forma de verlo es limitada.
 

Invitado es Atithi
La palabra "invitado", en sánscrito, es atithi; tithi significa
 "una hora del día", en tanto que “a” es simplemente el prefijo no o negativo. Entonces atithi es “sin hora de llegada” o invitado el cual no tiene hora para venir, podría llegar a cualquier hora. 

Es alguien que no necesita concertar una cita ni decir a qué hora llegará; incluso puede ser que el anfitrión ni siquiera sepa que va a recibir visitas. El Buda hace lo mismo: tan sólo se presenta. El mundo, por decirlo de esa forma, no le esperaba. 

¿Cuál es la costumbre tradicional India para recibir una visita inesperada?
La costumbre es que paramos la actividad que nos ocupaba en ese momento, ese día ya no trabajamos, ¿cómo podríamos hacerlo, realmente? Sería ridículo. Quizás estábamos a punto de salir a trabajar o de dar clases a nuestros hijos. Pues no lo hacemos, les damos unas vacaciones. Dejamos nuestra actividad normal y nos dedicamos por completo a atender a nuestra visita. Ésa es la costumbre India. así tan seriamente asumen su papel de anfitriones.
 

La llegada de Buda representa recibir un elemento de lo Trascendental Quizás ahora podamos empezar a comprender lo que significaba recibir al Buda como huésped. Representaba el elemento trascendental, lo inesperado, lo Nuevo, incluso la irrupción en nuestra monótona vida de un elemento proveniente de otra Dimensión completamente sorpresivo. Las siete ofrendas exteriores del mahayana representan nuestra respuesta a la irrupción que viene de lo trascendental. Significa presentar lo mejor que tenemos, ofrecerlo todo; implica obsequiar alegremente lo mejor a partir de nuestra gratitud y de nuestro amor. 

Ocho Diosas portadoras de ofrendas
El espíritu con el que damos está simbolizado por medio de las denominadas "ocho diosas portadoras de ofrendas"; hay una diosa para cada una de las ofrendas, que en este caso son ocho. Las diosas portadoras de ofrendas se visualizan con frecuencia en la práctica de meditación (así como en las pinturas tradicionales).
 

En el Theravada se presentan ofrendas al Buda y a las tres joyas. En el Mahayana a todos los Budas y Bodhisattvas,-a la Iluminación como principio en todas sus innumerables formas posibles-. 

Fuente: Sangharakshita
Del libro simbolisimo en el Tantra Ediciones CBCM


Vajrayana

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Tantra

A lo largo de la historia del budismo han existido tres movimientos de doctrina y práctica sucesivos: el budismo Hinayana (lo que ahora es el theravada), el Mahayana (que lo representa hoy en dia el budismo Shin, Chan y Zen) y el budismo Vajarayana (que lo representa el budismo Indo-tibetano). Este último desarrolló una aproximación directa y transformadora hacia la práctica. A ésta se le llama Tantra. 

En el siguiente artículo veremos, a través de 7 principios, la aproximación del budismo tántrico y en la forma que lo distingue de los otros movimientos históricos del budismo. 
1.La experiencia directa 
El Tantra es pragmático. Tiene un énfasis crítico con respecto a las enseñanzas espirituales budistas tradicionales del tiempo en que surgió, planteándose: “la manera en que en verdad resultan de utilidad”. Y nos dice no importa qué tan buenas sean tus ideas o por el otro lado qué tan imaginativas sean tus fantasías, si algún aspecto del budismo no genera un cambio con lo que en realidad experimentas, entonces al Tantra no le interesa. 

Él Tantra intenta hacer que todo sea directamente accesible y utilizable. Si no has tenido una experiencia espiritual en particular te pide que busques en tu propia experiencia personal algo que le corresponda. Es como si dijera: 

“Mencionas que vas a refugio al Buda, pero el Buda histórico Shakyamuni murió hace 2,500 años. Si tu desarrollo espiritual fuera muy elevado quizá todavía podrías sentir su influencia espiritual, mas ¿qué pasa si no es así? Necesitas el contacto directo para inspirarte. No basta con libros. Así que si no has convivido con Gotama Shakyamuni, ¿quién, en tu propia experiencia, se aproxima más a ser un iluminado? ¿Con quién estás en contacto verdaderamente que se asemeje más al Buda? ¿Tu maestro quizás? Muy bien, en ese caso, por lo que a ti se refiere, tu maestro es el Buda, él es tu refugio en el Buda”. 

Lo mismo señala el tantra acerca de los otros dos refugios el Dharma y la Sangha. 

 

Así el tantra procura hacer que logres percibir de manera directa las verdades del budismo. No le interesan las teorías ni las ideas en sí. Al igual que el zen, pide que se muestren aquí y ahora la no-dualidad, el shúnyata (vacuidad), compasión y todas esas maravillosas ideas. Una vez, un maestro budista expresó este aforismo: “El trabajo es el gurú tántrico”. El esfuerzo que realizas te da una retroalimentación objetiva sobre tu capacidad para movilizar tu energía y hacer las cosas. Te exige mucho. No te queda otra que entregarte a ello. Lo mismo se podría afirmar con respecto al gurú tántrico y el énfasis tántrico. Demandan mucho esfuerzo y dedicación, si quieres que el sendero tántrico sea una realidad. 

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Tantra

2. Magia y símbolos 
El Tantra debe efectuar una transformación radical de todo tu ser, tanto de un modo consciente como inconsciente. Si deseas involucrar ese nivel tuyo en la búsqueda de la iluminación es necesario que te comuniques con él y que conquistes sus energías. ¿Qué idioma puedes usar para eso? 

Podemos comparar la psique humana con una gran ciudad, como México, Buenos Aires o Bogotá. En la superficie abundan la vida y todo cuanto pertenece a este siglo, pero esos bancos y edificios de oficinas se han erigido sobre los cimientos de las anteriores edificaciones. Podríamos cavar y encontrar debajo de varios estratos los períodos más antiguos. Hallamos primero restos de pirámides antiguas, luego más profundo un templo pagano, después una fortificación primitiva hecha con tierra. Algo muy semejante se puede observar en el desarrollo de la psique humana. Vivimos de una manera más o menos consciente, como seres racionales. No obstante, el nivel de conciencia que hemos alcanzado es la última etapa de un proceso que se remonta a miles de años. 

Hasta donde sabemos, el hombre “primitivo” tenía poca conciencia de sí mismo. Vivía en un mundo crepuscular, parecido a un sueño. No podía diferenciar completamente entre su realidad interna y la externa. Es como si, en el inconsciente, nosotros cargáramos esta memoria racial. También nuestra conciencia tiene “estratos”, de los cuales algunos no son racionales. Podemos tener a veces contacto con ellos en sueños y en otras situaciones en las que sus contenidos arquetípicos emergen a la luz de la conciencia. 

Para comunicarnos con esos estratos más profundos debemos hablar su idioma y ése es el lenguaje de la mitología, el símbolo y la magia. La magia es la “tecnología” que el hombre primitivo utilizó para controlar su mundo. Si queremos transformar nuestras primitivas profundidades está de más que les hablemos conceptualmente de la impermanencia y del shúnyata. Tenemos que hacer uso de la magia. 

De este modo es que el Tantra tomó prestados ritos mágicos de su contexto étnico y los aplicó para sus propósitos. Podemos notarlo en las sadhanas (prácticas de visualización) que tienen que ver con las familias del mándala de los cinco Budas. 

Incluso, a veces, al adepto tántrico se le denomina siddha, el que ha obtenido poderes mágicos. Estos poderes pueden ser supranormales (como la levitación, la telepatía, etc.) o pueden implicar el desarrollo de cualidades espirituales. Hay un famoso grupo de 84 (a veces 85) mahasiddhas (grandes adeptos al tantrismo) que floreció en la India entre el siglo VIII y el XII. Ellos conforman el principio de una cadena de practicantes humanos del Tantra que han desempeñado las principales formas del ejercicio tántrico hasta hoy. Abundan los episodios que narran la vida de estos 84 indios, hombres y mujeres, que demostraron el poder mágico que conquistaron por encima de los fenómenos naturales mediante la práctica del Tantra. 

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Tantra

3. El Tantra se dirige a la totalidad de la persona

El Tantra es pragmático y aterrizado. No dejará sin transformar ningún aspecto de nosotros. El budismo distingue tres aspectos en un ser humano: el cuerpo, el habla y la mente y la práctica tántrica, por lo regular, incluye a los tres. El cuerpo participa haciendo postraciones, haciendo girar molinillos de oración, circunvalando, haciendo ofrendas y formando mudras. A los budas y bodhisatvas se les ilustra haciendo mudras que expresan sus cualidades espirituales. También el practicante tántrico realiza mudras, usando su cuerpo como base para la meditación y ésta es otra forma en que procura su participación física. Para el vajrayana no hay una experiencia espiritual completa si ésta no se ha infiltrado hasta las yemas de tus dedos.

El habla manifiesta su participación cuando recita, especialmente los mantras. La mente cuenta con visualizaciones simbólicas complejas, en las cuales mora. De esta forma, el vajrayana teje patrones de práctica que incluyen a todo el ser.

 

4. El Tantra y la energía

Si practicas el Dharma de un modo ordenado no abordarás el vajrayana antes de tener una profunda experiencia del budismo Mahayana. Maha significa grande (y el Mahayana es, por lo tanto, el "vehículo grande" para llegar a la iluminación). Sin embargo, a veces Maha también denota "relación con shúnyata". Por ejemplo, Mahakaruna, la "gran compasión" del bodhisatva, es la compasión que surge de la experiencia de shúnyata. Así que si tú sigues el sendero de etapas regulares, como se le denomina, no te embarcarás en el Tantra sino hasta después de que hayas atravesado las flamas del shúnyata en la práctica Mahayana.

 

Viendo al mundo a través de la experiencia de Shunyata

Si ya cruzaste a través de esas flamas y transmutaste tu conciencia dentro de ellas, ¿cómo ves al mundo? Si las personas y los objetos sustanciales, las entidades individuales y distintas ya se disolvieron durante ese proceso en constante cambio, ¿qué queda? Lo que se percibe son patrones de energía, algunos más densos y otros más fluidos. Así que la práctica del Tantra tiene mucho que ver con la energía.

 

Los flujos de energía fluyen por canales sutiles

En particular, el Tantra trabaja con niveles muy sutiles de energía que se encuentran dentro del cuerpo humano. En algunas prácticas tántricas avanzadas visualizas todo un sistema de energía sutil, compuesto por canales, vientos y gotas (en sánscrito, nadi, prana y bindu). Al dirigir el flujo de la energía sutil por medio de la Sadhana o visualización, las energías son conducidas al canal central (en sánscrito avadhuti; en tibetano tsa uma) que se localiza frente a la columna vertebral (si, bien, aquí estamos funcionando en el nivel de lo sutil, en el cuerpo visualizado, al relacionarlo con la columna vertebral podemos visualizarlo en su ubicación correcta, pero esto no implica que el canal central se encuentre físicamente en el mismo plano de realidad que la columna vertebral).

Una vez que las energías sutiles o vientos han entrado en alguno de los chakras (los centros de energía sutil del canal central) se obtiene un nivel de concentración particularmente profundo.

El Tantra afirma que uno puede llegar rápidamente a la iluminación al meditar en shúnyata cuando se halla en este estado. Es el uso de la meditación en este sistema sutil de la energía (y que no se encuentra en otros yanas) lo que puede hacer del Budismo vajrayana un "camino corto" a la iluminación.

 

En este estado de profunda concentración, al disolverse los vientos en el canal central se experimentan los fenómenos mentales que ocurren en el momento de la muerte. Si el yogui o yoguini tántricos ya han tenido la experiencia de estos fenómenos en su meditación, cuando en efecto mueran podrán pasar por ese trance con conciencia y control. De esa manera pueden trascender el interminable ciclo del nacimiento y la muerte o elegir un lugar y una forma para renacer, con más probabilidades de ser útiles a los demás seres.

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Tantra

5. El Tantra cataliza la práctica a través de las experiencias más fuertes de la vida

Puesto que el vajrayana percibe al universo como un juego de energía no encuentra razón para rechazar experiencia alguna. Todas las manifestaciones de la energía, por negativas que parezcan, le sirven de combustible. Si vemos las cosas como entidades fijas no nos quedara otra que rechazar algunas experiencias. Si vemos el mundo como energía, en el peor de los casos notaremos que ésta se ha atascado de manera temporal dentro de algún patrón limitante o negativo (o desperdiciado o que se está drenado). Sin embargo, también veremos en esa energía un recurso, como un potencial al que se puede liberar. Para el dueño de un automóvil el carro chocado ya no sirve y hay que traer a la grúa para que se lo lleve. Para el dueño del depósito de chatarra es un recurso. Sus partes se pueden fundir para fabricar autos nuevos.

Lo negativo no se extirpa se trasmuta

Es por eso que el Vajrayana trabaja con las emociones negativas de muchas maneras distintas a como lo hace el sutrayana. Mientras lo que hace el Hinayana es utilizar la atención consciente para mantener a raya los sentimientos de avidez y de aversión el Vajrayana acepta esos sentimientos como expresiones de la realidad, igual que cualquier otro sentimiento y los ve como energías poderosas que se pueden transmutar. Es el regocijo que el Tantra encuentra en esas energías lo que muchas veces lo ha llevado a ser malinterpretado. Algunos lo han criticado como una mera licencia para caer en la indulgencia ¡y otros lo han utilizado como una mera licencia para caer en la indulgencia! Podemos ver aquí por qué el entrenamiento tántrico se debe construir sobre la experiencia de los otras dos yanas. Es necesario que el practicante tántrico tenga una visión suficientemente clara, además de autodisciplina, para poder jugar con fuego y cabalgar las energías más básicas y poderosas de la psique humana en el camino a la liberación. Si no se ha tenido el suficiente entrenamiento previo esas energías lo tirarán a uno y lo arrastrarán en un rumbo completamente distinto.

El sexo y la muerte

El Vajrayana mira a la vida para ver en donde se encuentran las energías más potentes y luego les pone las riendas. No hay que buscar tan lejos. Pronto nota que donde ejercen su encanto con más fuerza la avidez y la aversión es en las áreas del sexo y la muerte. De modo que emplea imágenes relacionadas con estos dos grandes pilares del samsara (como podríamos llamarlos) para transmutar los tremendos poderes que encierran.

Yab-yum

Al estudiar a los bodhisatvas aprendemos cómo es que al visualizar formas bellas y estéticas hechas de luz se puede lograr un efecto que refine y sublime nuestros impulsos eróticos. Sin embargo, el Tantra va más allá de sólo contemplar o, incluso, convertirse en un joven y atractivo bodhisatva hecho de luz. Utiliza imágenes explícitamente sexuales y muestra a los budas unidos a sus hermosas consortes en muy diversas posturas. Estas parejas denominadas yab-yum (una frase tibetana que significa padre-madre) son vistas con particular reverencia por los devotos del Vajrayana, como expresión de la verdad más elevada.

Para poner un ejemplo, ya conocemos la manera en que normalmente se representa a los cinco budas del mándala. No obstante, también es común encontrarlos en ilustraciones donde están sentados, abrazando en unión sexual a sus consortes femeninas. En este caso debemos entender que la pareja yab-yum en realidad es una sola figura, igual que los cuatro budas que se encuentran en torno a Vairóchana son todos aspectos de su sabiduría del dharmadatu. De modo que cuando un buda se halla en forma de yab-yum nos encontramos con una manera de hacer explícitos diversos aspectos de la experiencia de la iluminación que representa ese buda. En una figura yab-yum la mujer representa la sabiduría que hay en la experiencia de la iluminación, por lo cual es común que se refieran a ella como el prajña, la sabiduría, del Buda. El hombre simboliza el método o el medio hábil a través del cual se expresa en el mundo esa sabiduría de manera compasiva.

El fascinante poder revelador de la muerte 

El Vajrayana utiliza imágenes que se relacionan con la muerte. Favorece el usar en sus rituales artículos hechos con huesos humanos. Hay rosarios para contar mantras elaborados con huesos, trompetas hechas con fémures humanos y tazas fabricadas con cráneos. Esas cosas las utiliza como recordatorios de la muerte, para que uno se acostumbre a la impermanencia. Como la muerte suele ser lo que más tememos, al emplear lo que de ella queda se desarrolla y se simboliza la falta de temor. Además, los artículos hechos con huesos y cráneos son también emblemas del Shunyata, ya que con la experiencia del shunyata el concepto que uno tiene de sí mismo como una entidad fija movida por un ego desaparece. Desde el punto de vista de alguien que no ha atisbado profundamente en la realidad y que todavía se concibe a sí mismo como un ego fijo, la experiencia de Shunyata sólo puede parecerse a una especie de muerte. 
Los herukas, figuras coléricas 
Con la muerte se asocian las armas y la violencia. Hay figuras de poderosa complexión que tienen expresiones furiosas y blanden hachas, cuchillos, manganas y otros instrumentos medievales de batalla. El Vajrayana hace uso de rituales mágicos y las tradiciones mágicas, tanto de Oriente como de Occidente han empleado simbólica y profusamente las armas de ataque y defensa contra las fuerzas hostiles. El
Tantra usa espadas, relámpagos y demás, así como la visualización de figuras coléricas, todo para sublimar la agresión y las tendencias violentas y para expresar que el poder de la sabiduría despedaza la ilusión y corta el sufrimiento. 
Libro Tibetano de los Muertos 
Para que nos demos una idea de cómo son estas figuras coléricas tomemos otra vez el ejemplo de los cinco budas. En el Libro Tibetano de los Muertos se describe la apariencia que encontramos, en el estado posterior a la muerte, de las formas pacíficas de Vairóchana y los demás Budas. Todos ellos son la expresión de la realidad pero si no logramos percibir su naturaleza vacua y sentimos temor entonces, desde una perspectiva más alienada, la realidad comienza a asumir formas amenazadoras. En el octavo día de ese bardo surge el grande y glorioso Buda Heruka. Es una deidad colérica de poderosa constitución, como Vajrapani y tiene un halo de flamas. Su cuerpo es del color del vino, tiene seis brazos, tres cabezas y cuatro piernas. El texto lo describe con todo detalle: 
Su cuerpo resplandece como una masa de luz, sus nueve ojos miran a los tuyos con expresión furibunda, sus cejas son como los destellos del relámpago, sus dientes brillan como el cobre, se ríe a carcajadas, gritando “¡Ah, la, la!” y “¡Ja, ja!” y emite fuertes sonidos silbantes que hacen “¡Shuuuuu!” 
Se acomoda en un trono sostenido por garudas. Está con su consorte Krodhesvari en un abrazo sexual. Aun cuando su apariencia es extremadamente amenazadora el texto nos insiste en que lo reconozcamos como la forma colérica del buda blanco, Vairóchana. 
Apariciones que se suscitan en el lapso de la muerte 
Durante los siguientes cuatro días aparecen otros cuatro herukas (Budas con forma colérica), cada uno con su consorte. Sus nombres revelan la relación que guardan con las familias de los cinco budas: Heruka Vajra, Heruka Ratna, etc. Sus cuerpos son de un color que corresponde a su contraparte pacífica, pero en un tono más oscuro. Por ejemplo, el Heruka Karma, que aparece en el doceavo día, es verde, como Amogasiddhi, pero un verde más oscuro. 
Aparte de los colores, la otra clave que nos recuerda que estamos viendo las formas transmutadas de los Budas pacíficos son sus emblemas. En sus cuatro brazos extendidos hacia fuera llevan armas o instrumentos que se relacionan con la muerte. Sin embargo, su par central de brazos, con los cuales abrazan a sus consortes, sostienen emblemas que no son amenazadores. En cada caso, en su mano central izquierda tienen una campana, que es el símbolo de la vacuidad, de la cual no son más que otra manifestación. En su mano central derecha cada figura ostenta el emblema de su contraparte pacífica. De esta manera, el grande y glorioso Buda Heruka lleva la rueda dorada de Vairóchana, por ejemplo (aunque el Heruka Karma, en lugar de un vajra doble lo que lleva es una espada, que es otro emblema asociado con Amogasiddhi). 
Junto con estas deidades coléricas viene una gran cantidad de figuras femeninas. Son de diversos colores, algunas con cabeza de animal y la mayoría porta signos de muerte. Aparecen así no menos de 58 figuras que forman un
mándala con el gran Buda Heruka en el centro. En todos los casos el texto nos alienta a que veamos en sus apariencias la oportunidad de acceder a la sabiduría. Se dice que si logramos ver su verdadera naturaleza vacía nos sentiremos como quien súbitamente reconoce que un león, al cual le tenía pavor, estaba disecado. 

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Tantra

 6. Samsara y nirvana 

En lo que podríamos llamar “budismo básico” el samsara y el nirvana, para cualquier propósito práctico, son una dualidad. Te descubres en el doloroso estado del samsara y emprendes el sendero que te saque de ahí y te lleve a la paz del nirvana. Sin embargo, el vajrayana correlaciona todo lo que hay en el samsara con algún aspecto de la iluminación. Para el tantra los cinco venenos en realidad son una expresión de los cinco Budas. De este modo, samsara y nirvana dejan de ser un completo dualismo. Están comprendidos dentro de una visión superior en la que todo es una expresión de la realidad. 
El vajrayana sigue el principio de la magia hermética, “como es arriba es abajo”. Al manipular lo mundano su objetivo es efectuar cambios en el nivel espiritual. Al ver lo mundano como un reflejo de la iluminación le da al mundo una cualidad sagrada. Esto tiene un efecto transformador. Si cada vez que uno ve el color verde recuerda a Tara o si reconoce en su deseo de conseguir un alimento una simple confusión con su deseo de lograr la iluminación el mundo empieza a cambiar. Las correlaciones que establece el tantra entre lo mundano y lo espiritual son vastas y complejas.

7. El Tantra parte del punto más alto 

Hay un dicho zen: “Si deseas escalar una montaña comienza por la cima”. El vajrayana, riéndose a carcajadas, estaría de acuerdo con esto. Ya hemos visto que el Tantra es pragmático. Trata con la experiencia directa. Así que si no tienes una experiencia directa de la budeidad te pide que te la imagines, que “actúes como si la tuvieras”, que te visualices como un Buda o un bodhisatva. Así te vas dando una idea de lo que sería estar lleno de amor y sabiduría. No sólo eso; la imaginación no es nada más fantasía. Para el budismo tu estado mental es decisivo debido al poder que tienen tus acciones. Si aunque sea por unos segundos consigues proyectarte por completo en esa experiencia, si logras ponerte las enjoyadas sandalias de un bodhisatva, entonces durante ese instante y cada vez que lo intentes serás ese Boddhisattva. 
El Tantra lleva esto a una conclusión lógica en el anuttarayoga. Te conmina a que siempre actúes como si fueras un ser iluminado y que procures ver el mundo como lo percibiría un Buda. Al asumir el estado mental de alguien que ha completado el sendero avanzas con mucha rapidez. Así lo concibe el vajrayana. Esto tiene sus riesgos y es por eso que requiere bases firmes, afianzadas en una práctica previa, pero también tiene tremendas ventajas. 
Si estás pensando en ascender a una montaña puedes simplemente sentarte en una piedra cerca de sus faldas y soñar con la vista que podrías tener desde la cumbre o puedes escalar, paso a paso, enfocando tus pensamientos acerca de las dificultades de la escalada en el paso que sigue. Asimismo, puedes subir mientras llevas en la mente una visión imaginativa del magnífico panorama que verás desde la cima. Esto podría ser tan atractivo que te iría llevando hacia arriba, sin que notaras las dificultades del ascenso. En cierto modo, ya estás arriba. 
Extracto traducido del libro Meeting the Buddhas, de Vessantara. Windhorse Publications.


Theravada

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La Gran Estupa de Sanchi

Desde la Estupa hasts la figura del Buda
El culto que se centraba en el stupa constituyó una característica notable en el budismo popular de la India durante cientos de años después de su parinirvana. Pero entonces ocurrió un cambio: Se esperto a la imagen del Buda. 

No existe un acuerdo general entre los estudiosos del tema y entre los historiadores acerca de dónde apareció la primera representación en piedra del Buda -se han sugerido lugares como Gandhara, Mathura, Sri Lanka-. Dondequiera que haya aparecido pronto se volvió muy popular en toda la India y en el oriente budista, asumiendo muchas formas distintas.
Como resultado de la introducción de las imágenes del buda la veneración de la estupa pasó a un segundo plano. No es que el estupa fuese ignorado, ya que se le seguía venerando, pero la imagen del Buda constituyó el principal objeto de veneración.